Real de Salinas, he aquí un breve resumen: Ubicado a unos 10 kilómetros de Celestún, Real de Salinas es un lugar abandonado y conocido como el “pueblo fantasma” pues dicen que en este lugar pesa una maldición que hizo que todos los habitantes murieran y los pocos sobrevivientes prefirieran abandonarlo ante la decadencia que vieron.
Real de Salinas se encuentra cerca de los manglares, ahí están los vestigios de lo que fue una próspera comunidad costera que se estableció el siglo antepasado como resultado de la expansión de las actividades de la sal y el palo de tinte, hoy sólo quedan las ruinas de las casas y edificios… Cuando llegamos a Celestún , (quien ya en otras ocasiones nos había apoyado en expediciones al rancho San Joaquín y a “La herradura). Si usted nunca ha ido a Real de Salinas, le recomendamos que vaya acompañado de un guía si no quiere perderse a la primera de cambio, pues para llegar hay una infinidad de caminos, atajos, vueltas, curvas, hondonadas y cerros, y por si fuera poco, no hay ni un solo letrero de referencia. Cabe mencionar que lo primero que vez al llegar a Real de Salinas, es una pequeña capilla en ruinas, sin techo, que guarda entre sus silenciosas paredes los secretos de la gente que ahí vivió. Cruzando la enorme explanada, se encuentran las casas, y a la entrada un texto escrito en una pared que parece ser dar sentido a la supuesta maldición que lanzaron los lugareños sobre el puerto de Celestun: “Bienvenidos señores visitantes a este su pueblo en ruinas a causa de los señores concesionarios del vecino puerto de Celestún que no dan trabajo a los que radican aquí” . Sin trabajo ni comida Según otras fuentes consultadas, cuando se desplomó el auge salinero, en los años setentas, la población de Celestún se negaba rotundamente a dar trabajo a los “campechanos” (como les llamaban) de Real de Salinas, e incluso algunos tenderos hasta se negaban a venderles provisiones. Una de las teorías de este odio hacia los pobladores de Real, era que supuestamente un joven de ahí se robó a una señorita, hija de un conocido empresario celestunense, lo que desató la furia de éste y de su círculo social. Por ello, Celestún trató de bloquear en todos los sentidos a Real de Salinas, los pobladores, desesperados, sin comida ni trabajo, fueron emigrando o muriendo, hasta quedar unas cuantas decenas de personas, una de las cuales mandó a llamar a un poderoso brujo campechano para que hiciera una maldición hacia los celestunenses, a los que culpaban de todas sus desgracias. No sabemos si la maldición surtió efecto o se revirtió, pues a los pocos años, la pobreza y la desgracia fue minando más a Real, hasta que sólo quedó una pareja de ancianos en ese lugar. Era una pareja tranquila, que no se metía con nadie y que vivían de la caridad de los pescadores que por ahí pasaban; cuando murió el señor, la última sobreviviente fue doña Carmita, su viuda,
Se cuenta que unos pescadores que acudieron a este lugar se extrañaron al no encontrarla, por lo que la buscaron de inmediato y al entrar a una de las alcobas de su casa la vieron tirada en el piso, con un rictus de dolor y espanto en su cara; no faltó quien dijera que murió de la impresión por algo que vio… Esto ocurrió aproximadamente en 1975, y hasta la fecha, varios pescadores y leñadores que pasan por Real de Salinas, aseguran que escuchan los gritos y lamentos de una mujer, muy posiblemente el espectro de doña Carmita, la cual que por alguna razón aún no descansa en paz. Más adelante les platicaré sobre las evidencias que encontré en este sitio
No hay comentarios:
Publicar un comentario